La Palma está herida porque su corazón se ha cubierto de lava y ceniza volcánica, pero, a pesar de ello, continúa viva y late. Una pequeña rama de color rojo que sale de la silueta de la isla simboliza que, a pesar de la roja y negra herida, de esa zona surge de nuevo la vida representada en las hojas verdes que brotan de ella. Así como el corazón bombea la sangre, esta herida de la isla nutrirá y transformará el paisaje y la vida de sus habitantes volviendo en un manto verde de esperanza para luchar y seguir adelante.
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